domingo, 8 de noviembre de 2009

conversaciòn

"Ah!, no le acabé de contar el otro día lo de mi hija”.

Se le enrojecieron los párpados por la parte de abajo del ojo y empezó.
-“Mi hija está separada desde el año 2000, tiene dos hijas y su padre no las ve. Pero mire, él a mí ya me pidió perdón. No sé lo que le pasó, debió de ser una depresión. Luego intentó volver con ella, pero yo le dije que eso no era cosa mía”.
Sombras y mareos. Nadie para salvarme. No sé por qué me cuenta eso a mí.
No la conozco, era de la Mourela.

-“Mi hija es muy rara y yo no quiero discutir con ella. Una vez que se me escapó “No te hubieras casado con esa mierda”, me dijo, “ me dio 11 años muy felices”.
Pasaban los minutos y no entraba nadie en la tienda. Con la cinta de pegar en la mano, a punto de cerrarle la boca.
-“Y no las ve, las hijas no le hablan. Yo les digo que tienen que hablarle a su padre. Les digo que lo llamen, aunque a mí nunca me gustó”.
La espalda, dolor, varios puntos. Dejo la cinta encima del mostrador, retrocedo un paso. No entra nadie. Querrá curarse de su pasado, esta sola.
-“Mi marido ahora está mal y pierde la memoria. Él no se entera pero yo sí. El otro día cuando estuvimos aquí yo y mi hija, ¿verdad que le llevé cinco retales de cortina?”.
-Sí señora. Tres para usted y dos para su hija.
-“Ve, pues ella se llevó tres. Y me lo negaba por teléfono. Es terrible. Cuando se casaron compraron un terreno. A mí ya me parecía demasiado grande, pero ellos se empeñaron”.
Para curarme de ellos, no hay ojos que la miren. Cada vez más rojos al punto del lloro. Cinta de pegar. Rollo suficiente para la princesa del hogar. Mourela negra.
-“Cuando fuimos al juzgado para la separación, ¿No sabe?. Él lo negó todo”.
Alfombras para que la escuche. ¿Necesita tantas, de verdad?.
-“Los abogados son todos iguales. El sabe que yo hice una entrega para su primer piso, 500.000 pts., y él no le pasa nada a las niñas. Pero yo no tengo nada en contra de él. Le decía que el terreno era grande y yo me preguntaba ¿cómo van a cortar toda esta hierba? Hablé con mi hermano, claro, porque mi hermano tiene ovejas, que heredó de mis padres. No son todas suyas pero como era el menor, nosotros se las dejamos. Además, él cuidó de nuestros padres. El caso es que yo le pedí que le diera dos a mi hija, así fue la manera de que la hierba estuviese siempre corta. El padre de él aún tuvo más que decir. Es un hombre malo”.
Bee,bee,bee, mis oídos siegan la hierba.
-“¿Me quedó algo aquí?”, dijo Sintrón.
Se volvió de espaldas y desapareció. No me dio tiempo a cambiarla. Vuelve Sintrón, haz que mi sangre se haga líquida y evite la trombo-palabra. Asesinar y esconder a la reina madre.
-“Ella vive en Valencia. Se ha vuelto a casar. Tiene un hijo de este matrimonio. El también”.
Edredones de 90 mal colocados. Desorden. Hacer las cuentas. Estabilidad. Mareo.
-“Tiene que cerrarme mejor el paquete, está lloviendo. Vivo ahí en la estación. Mire, le sigo contando. El dice que llamó a casa, que habló con mi marido. El no se acuerda. Llamó para preguntar por las notas de las niñas. Si está interesado, ¿por qué no va al instituto?”.
¿Le parece bien así? Le hice un asa con la cinta para que pudiese agarrarla y le sea más cómoda. Grogui, necesito Sintrón. Envidio el olvido.

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