Juntos verano e invierno. Apagar la luz. A oscuras en el sillón, como si las nubes no hubieran desaparecido. Nada que celebrar. Dormitar sin fin en una vieja herida. Los afectos agarrados con papel de fumar. La nada esparcida por la casa, precavida. Ni por la mañana, ni al mediodía, ni de noche. Secretos antiguos. Tiempo sin fin. ¿Dónde está la celebración, el acontecimiento de estar juntos? ¿Dónde esta la no-ley de la familia, su inocencia?. Siempre la ley y el pecado. Recoger, lavar, ducharse. Manchar, no manchar; salir, no salir. El rigor del invierno se cierne sobre nuestras cabezas. La expectativa de la contestación, la reacción. Mundo de mujeres de gestos duros. Mirando desde el principio de los tiempos, como efigies. Perfil duro. Arrugas como campos de labradíos. Agarrados por las uñas a los afectos. Trampas. Secretos. El mundo como un secreto de familia. Lo privado encerrado en una caja fuerte. Silencio atormentado
Estupenda a voz do locutor do programa, si señor, merecía estar en radio pirenaica. Lástima do outro, o que lle daba algo de fondura e chispa aos temas
ResponderEliminarsentada en una esquina,
ResponderEliminarvertical al anima de un arbol
amasando con los ojos
una vasija, trenzada por los dedos,
ella, una mujer sin musica, desnuda,
como siempre que paso tan antiguo,
ella, rodeada, redonda, rodando,
siempre sentada en la vertical pureza
del miedo, me silba la parte cruda
de la luna, aún sabiendo
que me resta toda la vida que me falta
y que mañana plantare mi tienda negra
tan cerquita de su ausencia
que es como un llanto su dulzura.